lunes, 8 de julio de 2013

Programa de atención especial a personas enfermas

Acció Social Montalegre dispone desde sus inicios de un PROGRAMA DE ATENCIÓN ESPECIAL A PERSONAS MAYORES ENFERMAS que completa la labor que hacen los voluntarios que visitan a las familias en sus domicilios. Los voluntarios responsables de este programa tienen los conocimientos sanitarios necesarios para poder hacer un seguimiento a cualquier familia que lo necesite  pero en ningún caso sustituyendo el trabajo de los profesionales sanitarios ni los de los Centros de Atención Primaria Sanitaria (CAP). Realizan visitas a los hospitales y están pendientes de las necesidades concretas de estas personas.
 
Acció Social Montalegre dedica una atención especial a unas 70 personas que por su edad avanzada y/o por vivir solas son más vulnerables.  A esta situación se añaden las enfermedades crónicas que padecen. En algunos casos su situación es terminal. De estas 70 personas, a 36 se las llama por teléfono regularmente a su casa.

Una de las voluntarias más activas nos ha transmitido su experiencia de esta manera:

“Cuando me entero a través de Montalegre de que hay una persona enferma o en fase terminal, voy a conocerla, hago varias visitas, veo cómo está y si tiene alguna necesidad; también me intereso por saber en qué fase de la enfermedad está y si es atendida por el PADES (Programa d’Atenció Domiciliària i Equips de Suport). Este tipo de enfermos necesitan una dedicación más intensiva, por lo que las visitas domiciliarias  se incrementan y se realizan de dos a tres veces por semana. Por otra parte, también les intento llamar cada día por teléfono para interesarme por ellas. En el caso de que hayan sido ingresadas en un hospital, suelo ir a visitarlas cada dos días, más o menos, dependiendo de la gravedad. Procuro acudir a la hora de la visita del médico, para mantener contacto y aunar esfuerzos entre todos. Aunque a estas personas les cuesta abrir la puerta de sus domicilios y de sus vidas, poco a poco van teniendo más confianza contigo, y las conversaciones son más personales, de esta manera compartes sus inquietudes en esta fase decisiva de sus vidas. Si expresan la voluntad de recibir los sacramentos (la unción de los enfermos, la confesión o la comunión) o hablar con un sacerdote, concretamos una visita. En todo momento procuro estar en contacto con las asistentes sociales y los respectivos CAPS para facilitar una labor conjunta, con el fin de cubrir las necesidades perentorias de estas personas tan vulnerables.” 

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